A los niños les resultará muy divertido ponerse en los zapatos del adulto por un rato. Por su lado, los padres se sentirán plenamente identificados y no podrán evitar esbozar una sonrisa cuando lean este libro junto a sus hijos.
Además podrán sacarle jugo y juego intercambiando los papeles a la hora de la comida, del baño, de ir al colegio y en otros momentos a veces conflictivos.
Y una cosa es segura: Después de leer este álbum, la próxima visita al zoo será doblemente entretenida.