A principios del 2000, una arquitecta negra consigue entrar a trabajar en un estudio de arquitectura del estado de Virginia, donde los socios son todos blancos. A pesar de vivir ya en el siglo XXI, Beth, que así se llama la protagonista, tiene que enfrentarse a un sinfín de dificultades que, por el color de su piel, tanto en lo laboral como en lo personal, su entorno le irá planteando. Pero no será ese su fin. Victoria Roch aprovechará esta realidad para, de la mano de Beth, narrar otra realidad aún más dura: la trata de esclavos en Senegal y las circunstancias que, pasados los siglos, sigue soportando aquel país. Con gran sensibilidad, la autora ha puesto de manifiesto en este libro que la vida puede cambiar, que siempre hay gente peor que nosotros, y que, con voluntad, siempre podemos hacer algo por ellos.