Residió en Rusia con Berkman (1920- 1922) y participó en la sublevación anarquista de Kronstadt. La represión política, la burocracia y los trabajos forzados en los años posteriores al triunfo de la Revolución Rusa contribuyeron en gran medida a cambiar las ideas de Goldman sobre la manera de utilizar la violencia, excepción hecha de la autodefensa. Disconforme con lo que veía como autoritarismo soviético, se instaló definitivamente en Canadá. En 1936, Emma Goldman colaboró con el Gobierno Español Republicano en Londres y Madrid durante la Guerra Civil Española. Murió en Toronto en 1940 y está enterrada en Chicago. De entre sus numerosos escritos cabe destacar 'Anarquismo y otros ensayos' (1910) y su autobiografía 'Viviendo mi vida' (1931). El Viejo Topo publicó una selección de su correspondencia y sus escritos realizados a partir de sus tres viajes a España (septiembre a diciembre de 1936, septiembre a noviembre de 1937 y septiembre a noviembre de 1938): 'Visión en llamas. Emma Goldman sobre la Revolución española'.