Entre 1930 y 1960 se consolidaron las principales dimensiones de la contemporaneidad mexicana. Fue una era de un fuerte sentimiento nacional, solidario y optimista. El indicador más importante fue la integración de campesinos y trabajadores en una ideología social conciliadora que dio vida a un orden corporativo que, a su vez, organizó desde el gobierno y el Estado a los sectores sociales. Tuvo lugar una movilización cultural sin precedentes con la creación de nuevas escuelas, publicaciones, universidades y teatros, y con el impulso del cine, la radio, la pintura y la música. La política internacional defendió la autodeterminación de los pueblos y también a la España republicana en contra del poder dictatorial.
La colección América Latina en la Historia Contemporánea es uno de los proyectos editoriales más importantes de las últimas décadas y una aportación original y novedosa a la historiografía sobre América Latina en la que han participado más de 400 historiadores de diversos países. Presenta una visión plural y accesible de la historia contemporánea de las naciones latinoamericanas -incluyendo aquellas otras, europeas o americanas, que más han aportado a su materialización- y revela las claves políticas, sociales, económicas y culturales que han determinado su trayectoria y el lugar en el mundo que hoy ocupan.