Anagrama Compactos vuelve a lanzar este título que consagró a la autora como una de las voces contemporáneas más originales y con más estilo.
A pesar de ser un texto breve, las primeras páginas son desconcertantes. Una primera reflexión poética sobre el nacimiento y los primeros meses/años de existencia como tubos: entran y salen cosas, sin alma, sin conciencia. ¿O quizá esto no es fiel a la realidad?
Será esta niña desde su particular mirada de 2 años quien nos recuerde el intrépido deseo de conocimiento, por encima del asco y del miedo, con el que nacemos, y que va desapareciendo a medida que nos vamos socializando. En particular, a través del lenguaje.
Una invitación para no olvidar que todos fuimos niños a la vez que recorremos Japón en el tiempo de un año y en su más bella extensión: flores de cerezo, carpas y montaña sagrada.