José María Jimeno Jurío realizó regestas documentales y transcribió numerosa documentación sobre la villa de Artajona, comprendida entre los años 1362 y 1871, que no llegó a publicar. Este copioso corpus documental refleja la capacidad de trabajo de este historiador, su modo de trabajar, su criterio y rigor científico, así como su cariño hacia Artajona.
Podemos señalar dos bloques de documentos. El primero constituye, por un lado, una aportación notable al estudio del patrimonio del conde de Lerín tras la conquista castellana de Navarra y la reivindicación de la jurisdicción real de una villa que clama su lealtad a los reyes y, el segundo bloque, recoge la evolución del cabildo y priorato de San Saturnino de Artajona, dependiente de la colegiata de Saint-Sernin de Toulouse hasta el siglo XVIII, en que pasó a ser propiedad de la Real Colegiata de Roncesvalles.
Mª Iranzu Rico Arrastia