Esto permite la observación del HADO (energías sutiles relacionadas con la consciencia) y nos muestra con magníficas imágenes del agua cristalizada, obras de arte por si mismas, como ésta se ve influida por diversos factores como la música o la consciencia de las personas.
La obra evidencia que los pensamientos y las emociones pueden alterar la estructura molecular del agua y nos hacen comprender la forma tan íntima en que están conectados los seres humanos y Universo.
Es un bello testimonio de que formamos un todo indivisible y abre las puertas a nuevas formas de sanación y conservación de la salud.