Argumento de Memorias de Un Reloj
Como se infiere del propio título de la novela, un reloj del siglo XVIII deviene en presunto narrador de una historia protagonizada por los propietarios de las diferentes moradas que lo albergaron y quienes las frecuentaban. El primero de aquellos sería Jacques Necker, ministro de Finanzas de Luís XVI durante los convulsos años previos a la Revolución Francesa. Tras el triunfo de ésta, el monarca y su esposa, la reina María Antonieta son guillotinados, y luego de muchas vicisitudes el reloj recalará en la ciudad de Burdeos, adquirido por un notorio traficante de esclavos y, al cabo de algún tiempo, será regalado por un hijo de éste a un banquero londinense. Una vez en Londres, aparecerán sucesivamente en su relato gentes tan relevantes y variopintas como el poeta lord Byron, Edmund Kean, el mejor actor de su tiempo, George Bryan Brummel, más conocido como Beau Brummel, el dandi por antonomasia, y Daniel Mendoza, pugilista de origen sefardí, considerado el padre del boxeo moderno, y cuya enorme popularidad llegaría al extremo de acuñarse monedas con su efigie. Posteriormente, el reloj pasará a manos de un acreditado maestro relojero de origen español afincado en Londres, y llamado José Rodríguez Losada (el mismo que donaría la maquinaria del famoso reloj de torre sito en la madrileña Puerta del Sol). Pero la naturaleza humana es efímera, y al producirse el fallecimiento de su último propietario, el reloj acabará en Christie´s, la célebre Casa de Subastas, desde donde pronto partirá hacia un incierto y trágico destino.0