En el año que celebramos el 75 aniversario de la procalmación de la Segunda Republica española, su memeria, idealizada por unos, estigmatizada por otros, se resiste a desaparecer ¿Qué tendrá la República que no se olvida? La República fue, desde luego, mucho mas que el régimen que precedió al estallido de la Guerra Civil. Fue una ilusión, una gran esperanza. Fue un revulsivo. Fue tmabién, y sobre todo, la primera experiencia democrática se viera desbordada por los extremos. Aquel régimen, cuya proclamación despertó un gran fervor colectivo y alimentó las legítimas esperanzas de buena parte de la sociedad española de la época, suscitó tmabién una considerable prevención en otros sectores importantes del país profundamente arraigados en los valores mas tradicionales. La Republica no dejó indiferente , problablemente , a casi nadie, al menos en 1936 cuando llegó el momento de la verdad: defenderla hasta la muerte o erradicarla para siempre de la Historia.
Cuando los valores republicanos-apenas identificados con un republicanismo difuso muy lejano ya de la vieja contraposición monarquia- república-vuelven a asomar asociados inherentes al liberalismo y a la democracia, parece adecuado plantarse, ala luz de las últimas investigaciones, que queda hoy de aquel proyecto y cualés fueron sus principales logros y sus errores, que también los hubo. A estos interrogantes, de la mano de un grupo de especialistas reconocidos, responde este libro que analiza con rigor, y sin partidismo, el referente histórico de quel primer régimen democrático, de aquel proyecto ambicioso que se planteó una reforma a fonde de los grandes problemas que arrastraba la España de la Restauración: desde la estructura de la propiedad a las relaciones Iglesia-Estado, pasando por la reforma del Ejercito, el encauzamiento de las aspiraciones autonomicas, el gran impulso educativo que la República represento, o las leyes que ampliaron el ejercito de la ciudadanía; el sufregio universal, el voto de las mujeres, la ley del divrocio, la apuesta por la paz y el propósito de primar la ética a la hora de gobernar.