Memoria de la libería relata las peripecias de tres grandes libreros españoles, Antonio Rivero, Carlos Pascual y Paco Puche, tres empresarios que provienen de realidades bien diferentes y que, sin embargo, alumbran los caminos que este sector debe seguir transitando.
Recuerdo muchas mañanas de sábado (.) cómo don Miguel [Artola] bajaba al sótano de nuestra librería para «echar una mano» en la apertura de los paquetes extranjeros. ¡Quién iba a quitarle a él el privilegio de disponer del último título publicado sobre el Estado moderno o sobre la Revolución Francesa que nos podía ofrecer cualquiera de las prensas universitarias internacionales!\" Carlos Pascual
No, no se puede medir el efecto que tiene una librería en la ciudad que la acoge, ni la energía que despliega en sus calles, que transmite a sus habitantes. Desde luego, no bastan números de clientes y ventas, ni cifras de negocios, porque el influjo de la librería en la ciudad es sutil, secreto, inaprensible. Paco Puche
Sé que no puedo ser imparcial, pero entiendo que hay entidades que un país no puede permitir que desaparezcan: los museos, las bibliotecas, los teatros... y tampoco las librerías. Todos son elementos que acercan la cultura a la gente, y el país que quiera progresar tiene que apoyarlos claramente. Antonio Rivero