Argumento de Memofield
Valencia. España. Mayo de 2012. Hasta donde alcanza la vista no hay ninguna criatura fantástica, ni magos, ni mutantes. Tampoco nos encontramos en una civilización posapocalíptica. La televisión y los medios llevan años desgranando un amplio y surtido catálogo de amenazas que mantienen a la población asustada y desorientada. Día a día los gobiernos, en connivencia con las mafias corporativas, estrechan el marco de las libertades individuales: leyes represivas, control de la Red, privatizaciones, recortes en sanidad, investigación, pensiones, educación. Para eliminar los últimos brotes de resistencia, y para garantizar un nuevo orden global, los gobiernos de los países occidentales han puesto en marcha una nueva forma de totalitarismo basado en la ciencia del control mental.1