En la obra de Cerrolaza, un tipo salado como la mar salada más allá de cualquier duda, la poesía da siempre un paso al frente. Melón con jamón une los poemas más íntimos y los más críticos del autor con los que juegan con el lenguaje y las rimas; salpicado todo con especias de tuits cuyo sabor combina a la perfección con sus directos poemas. Y, claro, no podía faltar el caracol al final del libro.