Un viaje vertiginoso, en el tiempo y en el espacio, que recorre no sólo la entraña del feroz siglo veinte, sino el mapa completo de la vergüenza humana. Medusa se pregunta por nuestra responsabilidad ante la Historia y por el poder (o la condena) que posee el arte para enfrentarse a ella. Si La ofensa era la historia de un hombre que decide dejar de mirar, Medusa es la historia de un hombre que decide mirar hasta el final.