La Comunidad Valenciana, por su configuración y situación, posee gran variedad de recursos y problemas medioambientales cargados de contrastes. En 1984 se reciben del Estado central las transferencias sobre competencias medioambientales, lo que permite iniciar la gestión en materias de residuos sólidos urbanos e industriales, protección y restauración de espacios naturales y control de calidad de las aguas y de la atmósfera.
Con la creación de la Agencia del Medio Ambiente, a comienzos de 1989, empezaron a quedar consolidadas esas competencias, redondeándose y perfeccionándose con la promulgación de la Ley Valenciana de Impacto Ambiental. De esta forma, los problemas y demandas existentes en la región quedaban recogidos y amparados dentro de esta normativa.
Los autores aportan, con su experiencia personal y con la práctica diaria de la gestión pública, los datos que recogen, de alguna forma, las actuaciones que se habían demostrado adecuadas, así como una interesante recopilación de gran parte de la historia del medioambiente valenciano.