Paradójicamente, la estricta educación de los años sesenta en España, podía significar un acicate para un niño avispado que no se dejara encorsetar por las limitaciones propias de la época.
Este es el caso del autor, Javier Navarro, que no contento con esquivar los prejuicios imperantes, consiguió convertirse en un prolífico inventor que ha dado a luz interesantes
proyectos que con frecuencia, por la estrechez de miras de muchos responsables, no han alcanzado el destino que merecen.
Ésta es la divertida historia de las vicisitudes que conforman la vida de un inventor.
Alfonso Lerma