Al encontrarse al borde de la indigencia, Deborah Staunton se vio obligada a aceptar la caridad de la familia Perceval. Su viejo amigo y confidente, Hugo Perceval, estaba dispuesto a ayudarla en todo lo que necesitara. Pero Deborah no quería que la viera como a una joven desamparada y necesitada de compasión, sino como a una futura esposa.Todo lo que Hugo quería era una vida tranquila con una dama discreta y apacible, no un torbellino que lo destrozara todo a su paso. Pero cuando Deborah entró en su vida, empezó a cuestionarse si no sería ella lo que realmente necesitaba.