A tu alrededor conoces muchas parejas monógamas. Lo sabemos. Pero puede que conozcas también...
A personas que viven en pareja abierta, como Roja y su marido.
O que viven en trieja, en una relación a tres, como Rosa, Piluca y Juan. O Sonia, Joaquim y Gero. O Arantxa, Chelo y Susana. O Guillermo, Enrico y Anko.
O en cuadreja, en una relación a cuatro, como Uxía, Mer, Sabela y Lola.
O que participan en un círculo de polifidelidad, como Rubén.
O que viven en círculo pero sin el compromiso de fidelidad, como el grupo en el que vivió Yanara.
A hombres y mujeres célibes pero que mantienen una o varias relaciones de profundo amor y cuidado, como Carla.
A swingers, que organizan intercambios sexuales de pareja pero sin implicarse emocionalmente, como Tomás y Raquel.
O a sesioneros y pajareros, que organizan sesiones de sexo en grupo, con drogas o sin ellas, como Ismael.
Quizá las conoces pero no lo sabes. Crees que son compañeros de piso, o pareja monógama, o solteros en busca de su media naranja. Porque todas estas personas tienen dos cosas en común: aman a más de una persona a la vez y viven en un armario metafórico, en el que ocultan su sexualidad y sus afectos.
Todas estas personas han prestado su testimonio para el primer libro español que expone una investigación seria y profundamente documentada sobre el fenómeno del poliamor, una palabra que está de moda pero cuyo significado pocos conocen en profundidad. Y también sobre otras formas de organizar la vida sexual y afectiva en relaciones de no monogamia consensuada, vividas con honestidad.