Esa mañana Dori había llevado de urgencias al pequeño Zack, de ocho meses. El bebé parecía sufrir algo grave, pero a la doctora Darlene Stokes algo en la actitud de la madre le parece sospechoso. Había oído hablar del síndrome de Munchausen, que padecen madres que hieren intencionadamente a sus bebés, pero nunca se había encontrado con ningún caso.
Una novela sobre una mujer dispuesta a arriesgarlo todo para volver a sentir algo, una doctora cuya vida se tambalea por culpa de un diagnóstico y un hombre para quien, de repente, ser buen marido y buen padre dejan de ser compatibles.