La comisaria de la policía de Nueva York ha recibido un vídeo tan horrible como impactante: la decapitación de una periodista por un grupo terrorista que afirma pertenecer al Estado Islámico. Pero lo peor está por llegar cuando los verdugos declaran que su siguiente objetivo es el famoso reportero Jameson Rook.
Desesperada por garantizar su seguridad, Heat intenta contactar a Rook, que se encuentra fuera escribiendo un reportaje sobre el candidato presidencial Piernas Kline, repentino favorito en la carrera a la Casa Blanca. Cuando, para su desesperación, Rook resulta ilocalizable, Heat se da cuenta de que solo hay una manera de evitar que los asesinos hagan daño a su marido: atraparlos antes.
Pero, como si este caso no fuera suficiente para poner su vida patas arriba, Nikki comienza a verse perseguida por la imagen de una mujer que se ha cruzado casualmente en la calle y que podría jurar que es su madre... que murió hace casi veinte años.