(...) Cabe también reconocer que Hernández consiguió mantener "la sabia y equilibrada configuración" de un texto que es a la vez canto lírico (...), relación de casos (...) y encuentro cuasidramático. Una complejidad genérica sólo equiparable a la del otro texto canónico de nuestro siglo XIX, el Facundo(...).
Eduardo Romano, en el "Estudio preliminar" de esta edición.