Mark Rothko nació en 1903 en la Zona de Residencia habilitada para los judíos en el antiguo Imperio ruso y a los 10 años emigró a Estados Unidos. Será su decisión de convertirse en artista lo que marque una nueva fase en su vida. En apenas un par de décadas, Rothko dio forma a lo que iba a ser la marca distintiva de su obra. Siempre proclive al enfrentamiento con el establishment, el pintor consagró la última década de su vida a la ejecución de un proyecto transgresor: la capilla Rothko, situada en Houston (Texas).
La fascinante biografía de Cohen-Solal relata la increíble historia de un joven inmigrante de Dvinsk que acabaría siendo uno de los agentes cruciales en la transformación del mundo del arte.