Marisol acaba de cumplir trece años. Ya no es una niña y es hora de probarlo. Parece que fuera verdad que, a medida que uno crece, los problemas se vuelven más complejos. Y a pesar de que deberá enfrentar grandes preocupaciones, su familia le ayudará a mantener el buen humor y la cabeza en alto. Sin embargo, algo más le quita el sueño a Marisol.