Escribir marginales leyendo a Derrida exige que nos situemos de entrada ante la singularidad irrepetible que supone hacer nosotros aquí y ahora este archivo de la deconstrucción, empresa para cuya consecución no basta ni procede el simple despliegue de un método dado de antemano. Lo idiomático de la situación excluye la aplicación de cualquier procedimiento universalizable y no deja más opción que la invención sin regla, una invención sin patente, cuya patente al menos, la patente de estas imágenes de archivo, no ostenta la deconstrucción. Invención que difiere de la obediencia difiriendo la obediencia.