Marco Rubio es el primer hispano en la historia con serias opciones de llegar a la Casa Blanca. Hijo de inmigrantes que huyeron de la miseria de Cuba antes de la llegada del castrismo y que se quedaron a medio camino de hacer realidad el sueño americano, Rubio es una figura con una fuerte carga simbólica. Su padre nunca pasó de camarero y su madre limpiaba hoteles en Las Vegas o Miami, pero Marco se interesó desde adolescente por la política escuchando a un abuelo que admiraba a Ronald Reagan. Se graduó en la universidad e hizo carrera política desde los cargos más modestos en Miami.
Su ascenso dentro del partido tiene que ver con su capacidad retórica y su habilidad para adaptarse a cualquier situación. Llegó al Senado como uno de los favoritos del sector más conservador y poco a poco se ha ido moviendo hacia posiciones más centristas abanderando la reforma migratoria que podría legalizar a millones de inmigrantes indocumentados.
Su trayectoria simboliza de modo inmejorable el auge de la comunidad hispana, y permite retratar a la vez a un joven y ambicioso político y a la joven y ambiciosa comunidad a la que representa, para ofrecer una imagen poliédrica del país más importante del mundo y el papel que los hispanos desempeñan allí.