Los accidentes de tráfico tienen unas consecuencias humanas, sociales y económicas de gran trascendencia, habiéndose convertido en un problema con una triple dimensión:
- Es un problema de seguridad pública
- Es un problema de salud pública, y
- Es un problema social
Pero además, es también un problema laboral y de mucha importancia.
El uso de vehículos ha ido en continuo crecimiento en los últimos años, y el coche, principalmente, se ha convertido en una necesidad. Pero hay un dato que se debe destacar: la mayoría de del tiempo que pasamos al volante es para ir y volver del trabajo, o para desplazarse dentro de la jornada laboral.
En la medida en que crecen el número de vehículos y de desplazamientos, lo hace también el riesgo de accidente de tráfico.
Por todo ello, tenemos que ser conscientes que el uso de vehículos y el riesgo que ello supone, se ha convertido en uno de los principales caballos de batalla de las autoridades públicas en materia de prevención de riesgos laborales y en uno de los principales campos de acción de las empresas y de todos los profesionales de la seguridad y salud. Así, las actividades relacionadas con la conducción o uso de vehículos han de tenerse en cuenta en el marco de la prevención de riesgos laborales, debiendo la empresa adoptar medidas preventivas al respecto.
Esta situación ha llevado a que desde la Administración se lleven a cabo continuamente campañas de concienciación del peligro que supone el uso de vehículos en el trabajo y, sobre todo al ir y volver del mismo, así como otra serie de medidas que, afortunadamente, están dando sus frutos, como la inclusión de los planes de movilidad para poder acogerse al Decreto de Bonus.
Desde la propia Comisión Europea, se ha dicho que la seguridad vial es una responsabilidad compartida entre todos los agentes públicos y privados, y plantea como reto evitar todas las víctimas mortales del tráfico (visión cero). Para llegar a esto no sirven las iniciativas aisladas, sino que hay que planificar, marcarse objetivos e implicar a toda la sociedad civil.
En este punto, es importante dar algunas cifras. De los 518.150 accidentes laborales con baja que se produjeron en 2011, 58.938 fueron accidentes de tráfico, lo que supone más del 10%, y con el trágico balance de 716 víctimas mortales.
Los accidentes de tráfico laborales suponen una parte importante de los accidentes laborales mortales (30'7%), siendo mayoritarios los que se producen en los desplazamientos de los trabajadores a sus puestos de trabajo. Por lo tanto 3 de cada 10 accidentes laborales mortales se producen por causas de tráfico.
Aunque se observa una mejora progresiva en el número de accidentes laborales de tráfico en España, por su importancia sobre el número total de accidentes laborales, tenemos todavía mucho camino por recorrer y es uno de los ámbitos de la siniestralidad laboral en el que debemos centrar todos nuestros esfuerzos. De ahí la importancia que la Seguridad Vial Laboral tiene en el conjunto de la prevención de riesgos laborales.
Este libro se dirige a técnicos y responsables de prevención, trabajadores en general (la formación en seguridad vial es una de las principales partes de los planes de movilidad vial laboral) y empresarios. En el mismo, además de tratar los principales factores que inciden en la seguridad vial y las medidas de prevención que se deben tomar, se analiza a fondo la que se ha convertido en la más eficaz herramienta en la materia: los planes de movilidad vial laboral. Se repasan también los criterios de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en seguridad vial y se recoge la iniciativa de la Comisión Europea al respecto: la Carta Europea de Seguridad Vial