Argumento de Mandalas para Viajar
Nuestra experiencia con los mandalas nos ha animado a crear una nueva entrega de esta colección.
Este libro, con un formato más pequeño que los anteriores, precisamente para facilitar su manejo y transporte, y con un estuche de rotuladores, está pensado para ser utilizado en ese tiempo que pasas fuera de casa, especialmente viajando. Colorear mandalas tiene un efecto de relajación y concentración, y despierta la creatividad, por lo cual está recomendado para aquellas personas que tienen miedo a volar: es una herramienta muy útil para olvidarse de que uno está en el avión o en otro medio de transporte.
En esta edición, un psiquiatra y una psicóloga analizan los efectos positivos de estos dibujos centrados.
No sólo hemos pensado este libro para viajar en avión, sino que también está concebido para aquellas personas amantes de los mandalas que quieran colorearlos en cualquier parte: en el tren, en el barco, en el parque, en la playa, etc.
Según la experiencia del doctor en Psiquiatría, Carles E. Lupresti: "Frente a la fobia a volar y a todo tipo de viajes, los mandalas actúan como un excelente ejercicio de prevención de crisis. Funcionan como una técnica de maniobra de distracción que ya ha demostrado su eficacia, gracias al aislamiento del entorno, que reduce las percepciones fóbicas que pueden desencadenar una crisis.
El poder de concentración que ejercen los mandalas reduce la ansiedad, y su uso regular puede llegar a prevenirla. En el avión recomiendo iniciar el dibujo poco antes de cerrar puertas".
La psicóloga clínica Rosa María Palacín corrobora las propiedades terapéuticas de los mandalas: "C.G. Jung fue el primer psicólogo clínico que se atrevió a poner en práctica una técnica terapéutica totalmente nueva y revolucionaria. Me refiero a la utilización de la expresión pictórica en el tratamiento de sus pacientes, desde una conciencia más allá de la mente concreta y racional: los mandalas.
En términos técnicos, dibujar mandalas nos ayuda a conectar con el hemisferio derecho de nuestro cerebro. Su funcionamiento es analógico, intuitivo, abstracto, llega a la solución de los problemas mediante el desarrollo de la creatividad y, diría yo, mediante la conexión entre el universo y el yo espiritual de cada uno.
Mi experiencia con los mandalas reafirma todo lo que Jung descubrió sobre el significado profundo de estos símbolos o arquetipos universales.
Cuando he dibujado mandalas, mi mente concreta se ha relajado, mi capacidad de concentración y de dirección de la energía se ha clarificado; y lo que es más importante y a la vez mágico es que, de forma natural y espontánea, sin invertir ningún esfuerzo, mi realidad cotidiana ha cambiado, se ha transformado sin que haya sido necesario preguntarme el porqué de las cosas ni analizarlas desde mi razonamiento concreto.
Mandalas para viajar es un libro muy útil para personas que tienen miedo a volar o que se agobian en exceso esperando a que salga el avión, pues estimulan la capacidad de concentración, de detener la mente y relajar la angustia y la ansiedad.
Sólo es necesario que te permitas gozar de los colores con los que pintas los mandalas para recibir el beneficio de sus propiedades terapéuticas".0