Corren los años cincuenta y en el seno de una familia adinerada nace Lucía. Llega al mundo pesando apenas dos kilos y cuarto, marcada por la muerte de su madre y rodeada de los secretos, los odios y rencores acumulados de las cinco generaciones que la precedieron. Su padre, un terrateniente que goza de gran poder económico y social en la comarca, la repudia desde el momento en que fue concebida y la condena a vivir el resto de su vida en una casucha. Lucía crece completamente aislada, a merced de la familia de una hacienda vecina, y especialmente de Ángel, un joven muchacho. El encierro hace de ella una criatura especial. Es inteligente, trabajadora y dispuesta, pero incapaz de internarse en el mundo. Ella no lo sabe, pero ha nacido para cumplir una misión: deshacer todos los entuertos que han provocado en aquellas tierras los cinco Diego del Valle que sucesivamente las ocuparon.