Maje consigue regresar al mundo de los vivos, pero no por voluntad propia. El Rey Yama le ha encomendado una difícil misión: capturar a unos demonios que se han escapado a la Tierra. Por desgracia, uno de los tres sellos dorados del Otro Mundo sigue estampado en la espalda de Maje, anulando su fuerza y haciendo que su cuerpo rejuvenezca hasta tener la edad de un adolescente.
Oscuras fuerzas mueven los hilos y su objetivo parece claro: eliminar a Maje