Las revelaciones expuestas en este libro están basadas en la investigación de las prácticas mágicas, incluyendo conjuros, rituales y encantamientos, que se han ido desarrollando a lo largo del tiempo en los territorios de Oriente Próximo.
Los testimonios escritos más antiguos de esta magia se encuentran en los conjuros de las tablillas cuneiformes de Asiria; y, ayudados por los diferentes eslabones proporcionados por la tradición rabínica, los escritos de los monjes de Siria y los cuentos árabes, podemos trazar su crecimiento y su decadencia a lo largo de tres mil años hasta su supervivencia en las supersticiones orientales modernas. Y lo que es más, los paralelismos aportados por las naciones arias y hamíticas muestran lo cercano de los cauces a través de los cuales corren las ideas salvajes, y cómo los principios de la magia son en cierta forma, coincidentes en naciones que están separadas entre sí y, sin embargo, por lo que sabemos, de invención independiente.
A partir de un estudio de las características de los espíritus malignos, que los semitas creían que existían en todas partes, se pueden hacer ciertas deducciones que guardan una íntima relación con nuestro conocimiento de los orígenes de ciertos tabúes y del principio de la expiación.
Todas esas supersticiones se combinan para iluminar muchas de las peculiares costumbres del Antiguo Testamento, y ayudan a explicar la razón oculta de su existencia.