Jackson O'Neil había dejado atrás un próspero negocio para volver a casa y salvar de la quiebra el hotel de la familia. Llevaba aquel lugar en la sangre y no podía dejar que se hundiera. Y, una vez que consiguió que la experta en marketing Kayla Green trabajara con él, supo que iba a tener éxito. El hecho de que entre ellos hubiera tanta chispa como para encender todas las luces de Vermont solo era una ventaja más. Tal vez Kayla fuera una experta en su trabajo, pero sabía muy poco de Jackson. Él conseguía que deseara el final feliz con el que había soñado una vez, y eso le resultaba aterrador. Mientras los copos de nieve seguían formando remolinos en el aire, ¿se dejaría hechizar Kayla por la Navidad, aunque no creyera en su magia?