Lunas de diciembre no es una novela de intriga, pero hay un misterio por descubrir. No es una trama histórica, pero refleja la sociedad en la cual vivimos. No es un argumento de amor y desencantos, pero está repleta de sentimientos. No es un relato místico, pero propone a través de una logia el sendero para alcanzar la plenitud. No es un libro de autoayuda, pero describe la superación del protagonista ante la adversidad. Y en definitiva, acabará siendo lo que el lector decida que sea.