Cuando aceptó ayudar a una amiga, Estelle Connolly no esperaba terminar como acompañante en una boda de la alta sociedad, y menos aún llamando la atención del hombre más poderoso de la recepción.
La poco experimentada Estelle tuvo que hacer un enorme esfuerzo para mantener aquella fachada de sofisticación, sobre todo cuando Raúl Sánchez le hizo una oferta escandalosa: le ofrecía una cantidad de dinero que podría aliviar los problemas de su familia a cambio de convertirse durante unos meses. en la señora Sánchez.