A "un gran gobernante, a un político eficaz", a "la más noble figura del moderantismo absolutista fernandino" dedica Emilio González López este libro. Documentada semblanza del vilagarciano López Ballesteros (1782-1853) que, luchando con las más diversas circunstancias, "llevó al país por el camino de la prosperidad económica y cultural". López Ballesteros viaja a Madrid para tratar asuntos de su villa natal y es protegido por el opulento mecenas gallego Fernández Varela. Nombrado funcionario de Hacienda, tiene un rápido ascenso a la Dirección General de Rentas, en la que es repuesto tras una "jubilación política" y a la que retorna para pasar a regir el Ministerio de Hacienda, desarrollando en dos períodos muy distintos una labor hasta entonces nunca realizada que se examina aquí con amplitud.
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