Con LUIS CANDELAS, Espina se introdujo en el género biográfico, en auge en aquella época como consecuencia natural y directa del despliegue de las ciencias del hombre y de la filosofía vitalista de Ortega y Gasset, con un tipo de biografías que superaba el mero dato histórico y ahondaba en la psicología del biografiado y en sus circunstancias.
Luis Candelas, personaje misterioso y litigado, bienquerido y despreciado, permitía a Espina dar rienda suelta a su romanticismo y madrileñismo. La novela recrea, con tensión emotiva, el alma del bandido bajo "la luz de Madrid" en las postrimerías del reinado de Fernando VII. El virtuosismo de su estilo permite ir, con agilidad y elegancia, del humor a la ironía al lirismo y la ternura, y de él resulta un perfecto y fresco ensamblaje entre la historia y la acción novelesca.