A la consabida maestría de Chauvel para retratar el modo de pensar y de sentir femenino se añade en esta ocasión una colorista recreación del mundo de la alta aristocracia europea, con sus intrigas y misterios, pero sobre todo como escenario de un trato injusto a las mujeres, lo que le permite poner en evidencia el injusto trato hacia la mujer, algo que periódicamente se pone de nuevo de actualidad respecto a las leyes sucesorias, por ejemplo.
Es este equilibrio entre las tramas apasionantes, la exploración en la psicología y la afectividad de los personajes y el carácter de denuncia social y de paralelismo con nuestro tiempo lo que permite a Chauvel ir mucho más allá de los lectores habituales de novela histórica.