Argumento de Los Trenes Salvajes
Tras la magnífica acogida de la primera edición de Los trenes salvajes se publica esta segunda ampliada y con epílogos que recogen las reseñas del libro publicadas por dos grandes poetas de hoy: José María de Montells y Enrique Villagrasa. Incluye nuevos dibujos de Isabel Fernández Echeverría. Y, para decirlo claro, su lectura me ha supuesto un enfrentamiento a un lenguaje sembrado de imágenes elevadas al máximo de sus posibilidades: Enredados por la muerte / los niños / preguntan al cadáver por su estado / y éste, casi en silencio, / sin apenas gesticular, /responde con la paciencia de un muerto. Un pluscuamperfecto y sorprendente poemario que, aun no necesitado de delantales ni capas, se rodea de todos ellos como claro homenaje a esos mismos escritores que le acompañan y ellos responden con la alegría del amigo, ante el último hombre del Renacimiento, porque entonces dormía donde mueren los trenes salvajes. Enrique Villagrasa Desde que publicase El mayor evento, uno de sus libros más logrados, conservo a Raúl Herrero en el altar de mis admiraciones permanentes. Es con Cirlot, A.F. Molina, Van Halen y algún Luis Alberto de Cuenca, una lectura a la que vuelvo siempre. Ahora llega a mi casa, azul y volandero, su último libro de poemas con una portada muy atractiva y posmoderna que recuerda vagamente un vinilo de los Beatles. Para mí es ya una fiesta recibir un libro (que me trae un cartero serio y ceremonioso), máxime cuando lo ha escrito un amigo. Ya se sabe que la amistad es un misterio. Es cosa del senti-miento. Moravia dixit: La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea. Y estoy de acuerdo. No sé cuando puse a Herrero en la lista de los amigos. Me malicio que lo conozco de toda la vida. Será porque tiene el raro encanto de los elegidos. José María de Montells Prólogo de Antonio Fernández Molina
Dibujos de Isabel Fernández Echeverría
Epílogo de José María de Montells y Enrique Villagrasa
160 págs0