Salvador Tous y Rosa Oriol se prometieron amor eterno hace más de cuarenta años, y hasta la fecha han cumplido su promesa. La pareja se impuso el reto de crear una marca propia de joyería, y, a la vez que nacían y crecían sus cuatro hijas, nacía y crecía su catálogo. La máquina registradora sonaba al compás de los sonajeros.
El famoso oso Tous les sirvió para catapultar la marca al mundo. Una marca que ha puesto la joyería al alcance de todos los bolsillos sin perder un ápice de buen gusto.
Ésta es la historia de ese paralelismo familia-empresa, de rasgos reconocibles en el panorama empresarial catalán, que no sólo perdura, sino que les ha llevado a construir un barco en el que todos reman por igual. Unas páginas por las que desfilan el trabajo duro, la imaginación y el tesón, así como famosas, aristócratas, y las mujeres y los hombres anónimos que han confiado en Tous.