El pastor Pascual Carrión ha podido con todos. Carrión y la tozuda realidad, ésa que no sabe de castillos en el aire, han doblado la rodilla al endiosado Fernando Martín, al encopetado Bañuelos, al misterioso DDM, al bólido de Carabante, a las gallinas ponedoras de Santamaría, símbolos de la vorágine irracional y especulativa que ha vivido España en torno al mercado inmobiliario a la entrada del siglo XXI. Estos empresarios, causantes en parte de la grave crisis por la que atraviesa el país, no son una simple anécdota, sino síntoma de una sociedad enferma y cainita a la que le gusta el dinero rápido y tiene vértigo al progreso. Los señores del ladrillo se creyeron los amos del mundo y terminaron noqueados por su exceso de vanidad y por Pascual Carrión, el ganadero chaparro y analfabeto al que en Jumilla se conoce como El buen pastor. Nacho Cardero, director de El Confidencial, traza con una pluma tan afilada como fina el perfil de estos empresarios venidos a menos. En dieciséis relatos plagados de anécdotas e información inédita, que evocan el estilo del reportero Gay Talese, se adentra sin pudor en el alma de estos señores del ladrillo con el objeto de describir su meteórico ascenso y su posterior caída.