En \"Conceptos Fundamentales\" (1944), Heidegger sostiene que «El ser es lo más desgastado» pero también que del Ser «nos siguen quedando siempre existencias.» Santiago Zabala radicaliza las consecuencias de estas significativas y sin embargo poco conocidas afirmaciones. Revisitando la obra de Jacques Derrida, Reiner Schürmann, Jean-Luc Nancy, Hans-Georg Gadamer, Ernst Tugendhat y Gianni Vattimo, encuentra estos restos del Ser dentro de los cuales el pensamiento ontológico aún puede persistir. El Ser es un evento, aduce Zabala, un tipo de generosidad y don que genera estupefacción en quienes lo experimentan. Este sentimiento de estupefacción ha promovido preguntas respecto al sentido durante siglos, desde Platón hasta nuestros días. Los relatos posmetafísicos del Ser, como lo demuestran los pensadores que Zabala analiza, así como Nietzsche, Dewey y otros, no abandonan al Ser. Más bien rechazan modos rígidos y determinados de pensamiento esencialista en favor de concepciones más fluidas, maleables y adaptables, redefiniendo así la continuación y el sentido de la filosofía misma.