Argumento de Los Recuerdos siempre Vuelven
La vida de Gabriela sufre una transformación tras la repentina muerte de su padre, Jorge Alvar, un afamado escritor, autor de una obra aclamada por la crítica, La Huida, si bien hacía tiempo que su decadencia era un secreto a voces. Envuelta en extrañas circunstancias, la muerte de Alvar preside el largo recorrido que la joven se ve obligada a transitar, a pesar de que la relación entre ambos se había secado hasta prácticamente desaparecer tras la separación de sus padres. A lo largo de este periplo Gabriela, en parte por voluntad propia y en parte obligada por las circunstancias, descubre aspectos de la vida de su padre que desconocía por completo. Pero no completará ese viaje sola. Lo hará de la mano de Javier, un hombre extraño, solitario y castigado, antiguo discípulo del propio Alvar, condenado a perder su memoria debido a un accidente. La vida de ese hombre, anegada en literatura, alcohol y sufrimiento, aparecerá ligada a la familia de Gabriela con unos lazos tan firmes como ella nunca acertaría a imaginar, y será en su compañía y a través de sus ojos con los que Gabriela aprenderá que, aunque parezcan borrados, los recuerdos siempre vuelven. En Los recuerdos siempre vuelven, un libro que en realidad sólo habla de otros libros, los entresijos de la memoria y los recuerdos se entremezclan con la vida actual de los personajes de la obra; unos personajes que pugnan por olvidar una parte de su pasado mientras tratan de aferrarse a otra, incapaces de comprender que deben aceptar ambas como un todo indisoluble.0La vida de Gabriela sufre una transformación tras la repentina muerte de su padre, Jorge Alvar, un afamado escritor, autor de una obra aclamada por la crítica, La Huida, si bien hacía tiempo que su decadencia era un secreto a voces. Envuelta en extrañas circunstancias, la muerte de Alvar preside el largo recorrido que la joven se ve obligada a transitar, a pesar de que la relación entre ambos se había secado hasta prácticamente desaparecer tras la separación de sus padres. A lo largo de este periplo Gabriela, en parte por voluntad propia y en parte obligada por las circunstancias, descubre aspectos de la vida de su padre que desconocía por completo. Pero no completará ese viaje sola. Lo hará de la mano de Javier, un hombre extraño, solitario y castigado, antiguo discípulo del propio Alvar, condenado a perder su memoria debido a un accidente. La vida de ese hombre, anegada en literatura, alcohol y sufrimiento, aparecerá ligada a la familia de Gabriela con unos lazos tan firmes como ella nunca acertaría a imaginar, y será en su compañía y a través de sus ojos con los que Gabriela aprenderá que, aunque parezcan borrados, los recuerdos siempre vuelven. En Los recuerdos siempre vuelven, un libro que en realidad sólo habla de otros libros, los entresijos de la memoria y los recuerdos se entremezclan con la vida actual de los personajes de la obra; unos personajes que pugnan por olvidar una parte de su pasado mientras tratan de aferrarse a otra, incapaces de comprender que deben aceptar ambas como un todo indisoluble.