\"Cuento cosas que pasaron de verdad.Quien no quiera oír que se largue\", decía Amado cuando hablaba de sus novelas. La verdad es que, leyendo Los pastores de la noche , no solo creemos lo que el autor cuenta, sino que tenemos la tentación de dejarlo todo y marchar a San Salvador de Bahía, la ciudad más fascinante de Brasil. Nos imaginamos recorriendo sus calles estrechas para conocer de cerca a los entrañables personajes de esta novela, desde el capitán Marítim, desgraciado en su matrimonio, hasta Tiberia, la sabia patrona del burdel más prestigioso del lugar, sin olvidar a Beatriz, la célebre echadora de cartas. Entre delirios de amor, aullidos de pasión y largas charlas de los varones delante de un buen vino, los hombres y mujeres de Amado celebran la fragilidad de los seres humanos, que se reconocen en la imperfección más absoluta y tierna.
Apacentábamos la noche como si fuera un rebaño de muchachas, de inquietudes vírgenes en la edad del hombre . Así empieza Los pastores de la noche , un libro exuberante que vuelve a recordarnos las leyes del placer, y así se inaugura en Lumen la publicación de la obra de Jorge Amado, un hombre que merecía el premio Nobel, que murió sin él, y además no le importó.