Grant Carter no soportaba el mundo de los caballos desde que su hermana sufrió un accidente que la dejó parapléjica, pero era productor en Hollywood y produjo una película de jockeys. Por suerte, encontró la distracción que necesitaba en Tessa Barrington, una amazona. Era tan atrevida como físicamente impresionante, y tenía una inocencia irresistible.