Las violencias económicas y sociales, las violencias políticas, las violencias tecnológicas y las violencias de la naturaleza, que a menudo se provocan o se amplifican mutuamente, generan estrés, pánico y angustias. En esta época de acelerada difusión de las imágenes y la información, los miedos se combinan con las violencias. Y este combo es explosivo. El mundo contemporáneo nos confronta con una verdadera madeja de miedos, y es justamente a esa madeja que nos tenemos que enfrentar para desenredarla y tratar de analizar las causas, consecuencias y continuaciones posibles del malestar generalizado que parece permear las sociedades humanas y amenazar su equilibrio.