Jonás nada cada mediodía y cuando comienza a encadenar brazadas, al otro lado de las vidrieras de la planta de arriba del pabellón unas sombras esbeltas parecen observarlo. La natación es el vínculo de Jonás con su vida anterior: casi no ve a sus padres, divorciados, y no tiene más familia. Una mañana queda con su padre, un inspector de policía jubilado, que le cuenta que su madre ha desaparecido: lleva dos meses sin contestar al teléfono, ha ido a su piso y lo ha encontrado vacío aunque sin signo alguno de violencia o desorden. Simplemente no está. A partir de entonces, Jonás comienza a escuchar historias similares sobre gente que desaparece: hombres y mujeres, niños y ancianos esfumados de pronto, mientras la ciudad sigue manteniendo su apariencia de normalidad. Tras su incredulidad inicial, decide buscar a su madre, mientras va descubriendo su propio miedo a desaparecer. Una inquietante novela de raigambre kafkiana sobre el vacío y el sentido de pérdida de la vida contemporánea.