Allí conoce a Bosco, aspirante a actor con el que tiene un vergonzoso desencuentro. Decepcionada por esa primera incursión en la alta sociedad, se concentra en una misión: junto a su madre y las amigas de esta organiza actos benéficos para ayudar al padre Dámaso, que lucha por la dignidad de sus pobres.
Mientras tanto, pese a la apariencia de lujo de la vida en el hotel, el país bulle. Se proclama la República y hay una ola de violencia que desata la quema de iglesias. El padre Dámaso rescata de un convento tres cuadros que serán el motivo por el que las damas y el sacerdote decidan saltarse la legalidad.
La existencia de Martina transcurre entre su compromiso, su pasión pictórica y el amor prohibido que siente por Bosco, ahora una estrella de Hollywood.