Pero junto a la resistencia y la represión, no hay que olvidar que también hubo sintonía y colaboración entre intelectuales y dictadura mientras ésta se mantuvo en pie. Hubo quienes prestaron sus ideas y su pluma para la defensa y legitimación del poder autoritario y obtuvieron a cambio suculentas recompensas, ya fuera en forma de cátedra universitaria, de premio artístico concedido por el gobierno o de sillón en una Real Academia.
Los estudios que componen en este libro retratan las complejas relaciones entre poder y cultura, intelectuales y dictadura en el Franquismo, en las que se plasmaban tanto actitudes de resistencia como de consentimiento y refuerzo del orden establecido. Para ello los autores se adentran en los múltiples campos de una realidad cultural en profunda transformación, desde las aulas universitarias hasta las pantallas de cine, desde los museos hasta los manuales escolares, desde los libros de filosofía hasta los tebeos, desde la alta cultura a la cultura popular.