En la Lima de los años cincuenta, una pandilla de adolescentes bulliciosa y buscapleitos se refugia en billares, cines y cantinas. Colorete, El Príncipe, El Rosquita, Carambola, Cara de Ángel, jóvenes rechazados por el mundo adulto, pasean su soledad y sus sueños sin futuro. Estas cinco historias, auténticas postales de una Lima urbana y rockera, son una incursión en los márgenes de la vida capitalina en un momento de grandes cambios.
Casi sesenta años después de su publicación, estos cuentos conservan intactas su vitalidad y la fuerza de su lenguaje, y continúan siendo una imagen entrañable de la angustia y los anhelos de una parte de la juventud. Obra pionera en la recreación literaria de la adolescencia, Los inocentes es un clásico contemporáneo, un libro de culto que marcó un hito en la literatura latinoamericana.
Críticas:
«Reynoso ha creado un estilo nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándose. Nos recuerda un poco a Rulfo, en esto.»
José María Arguedas, El Comercio
«Un grito de denuncia que conmovió por la crudeza y la poesía que respiraban aquellas escenas de una adolescencia sometida por la violencia del machismo [...]. Cada relato es un himno de rock. Los colores afloran en medio de esa ciudad gris llamada Lima. [...] En Los inocentes hay una apuesta ética y estética que supera la moda. Se trata de un libro que hasta el día de hoy sigue abriendo nuevos caminos para jóvenes escritores.»
Sergio Galarza
«Oswaldo Reynoso, autor de Los inocentes, uno de los libros de cuentos más hermosos e importantes de la literatura peruana, fue un maestro de varias generaciones de escritores peruanos.»
José Carlos Yrigoyen
«Icónico libro de cuentos sobre Lima, el desamparo, la masculinidad y sus fragilidades. [...] Los inocentes fue un furor en su momento justamente por atreverse a exponer lo que otros silenciaban: un homoerotismo tenso, que sacudía los prejuicios y la pacatería.»
Juan Carlos Fangacio Arakaki, El Comercio
«Podemos decir de Reynoso aquello que refirió Goytisolo sobre la obra de Fuentes: su obra es un océano, pero el de Reynoso es un mar calmo y profundo.»
Martín Camps