Donatien-Alphonse-François de Sade (1740-1814), más conocido como Marqués de Sade, fue el hombre de todos los escándalos: escándalos provocados por sus orgías y excesos, escándalos por sus encarcelamientos arbitrarios, escándalos por su obra, materialista, atea, violenta, panfletaria, en la que el Vicio siempre triunfa sobre la Virtud. Los infortunios de la virtud (1787), primera versión de Justine (1791), contiene -sin los excesos obscenos posteriores- todo el genio del ?divino marqués?: espectáculos, complaciente de la lujuria y la perversidad, imaginación desenfrenada, pero también filosofía y psicología, unidas al servicio de la lengua y el estilo luminoso de un gran prosista.