Estas tres obras poseen las características propias de su autor, como puede ser la habilidad para crear y ambientar dramas tensos con aparente normalidad, la inteligencia con la que estructura sus obras, la construcción sólida de los personajes, y sobre todo la destreza para presentar unos diálogos profundos bajo una relativa sencillez
Nos ofrece, en sus obras, dilemas existenciales, a veces absurdos, a veces extremos, a veces ridículos pero todos ellos con un sentido definido: mostrar la realidad del ser humano.
En Los infelices 20 presenta con una fascinante modernidad y destreza unas escenas, diálogos, y espacios, decisivos para el completo desarrollo de unos personajes que se van construyendo en las situaciones y en el argumento a través de una sutil perversidad.
En la obra En la pecera encontramos un diálogo ágil y entretenido entre dos personajes que nos muestran cómo descubrir la sexualidad, las injusticias sociales, o el hastío existencial en un tiempo y espacio realmente arriesgados.
Y por último Una hora sin televisión, obra que se desarrolla en "el interior de una casa, entre realista y simbólico", y en el que el matrimonio formado por Patricia y Eduardo tejen conversaciones donde es igualmente importante el fondo y la forma de lo que se dice.