LOS FRÍOS DEDOS DEL MIEDO es una colección de relatos ambientada, sobre todo, en zonas rurales. No solo se trata a veces de terror visceral: ese que nos paraliza cuando sentimos que nuestra vida está en peligro; también de ese otro más sutil, que penetra a través de nuestra imaginación cuando notamos que algo siniestro se mueve en nuestro entorno, como un escalofrío que nos alborota los pelos de la nuca igual que una leve brisa agita las hierbas que crecen entre las tumbas de un cementerio abandonado. El miedo tiene la virtud de igualar a los hombres por su parte más rastrera, porque saca a relucir sus instintos más bajos. De una persona asustada se puede esperar cualquier cosa. Por eso el miedo es poderoso. Y no se puede dominar.